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viernes, 30 de enero de 2009

Leyenda . . . .


Cuenta una vieja leyenda de los indios Sioux, que una vez llegaron hasta la tienda del consejero de la tribu, tomados de la mano, Toro Bravo, el más valiente y honorable de los jóvenes guerreros, y Nube Azul, la hija del cacique y una de las más hermosas mujeres de la tribu....

-Nos amamos...- empezó el joven

-Y nos vamos a casar....- dijo ella.

-Y nos queremos tanto que tenemos miedo, queremos un hechizo, un conjuro, o un talismán, algo que nos garantice que podremos estar siempre juntos, que nos asegure que estaremos uno al lado del otro hasta encontrar la muerte.

-Por favor- repitieron - ¿hay algo que podamos hacer?

El viejo los miró y se emocionó al verlos tan jóvenes, tan enamorados y tan anhelantes esperando su palabra.

-Hay algo -dijo el viejo- pero no sé...es una tarea muy difícil y sacrificada.

-Nube Azul -dijo el brujo- ¿ves el monte al norte de nuestra aldea? Deberás escalarlo sola y sin más armas que una red y tus manos, deberás cazar el halcón más hermoso y vigoroso del monte, si lo atrapas, deberás traerlo aquí con vida el tercer día después de luna llena ¿comprendiste?

-Y tú, Toro Bravo -siguió el brujo- deberás escalar la montaña del trueno, cuando llegues a la cima, encontrarás la más brava de todas las águilas, y solamente con tus manos y una red, deberás atraparla sin heridas y traerla ante mí, viva, el mismo día en que vendrá Nube Azul. Salgan ahora!

Los jóvenes se abrazaron y luego partieron a cumplir la misión encomendada, ella hacia el norte y él hacia el sur.
El día establecido, frente a la tienda del brujo, los dos jóvenes esperaban con las bolsas que contenían las aves solicitadas. El viejo les pidió que con mucho cuidado las sacaran de las bolsas, eran verdaderamente hermosos ejemplares...

-Y ahora qué haremos...-preguntó el jóven- ¿los mataremos y beberemos el honor de su sangre?

-No - dijo el viejo.

-¿Los cocinaremos y comeremos el valor en su carne?- propuso la joven.

-No -repitió el viejo.

-Harán lo que les digo: tomen las aves y átenlas entre sí por las patas con esta tiras de cuero, cuando las hayan anudado, suéltenlas y que vuelen libres.

El guerrero y la jóven hicieron lo que se les pedía y soltaron los pájaros, el águila y el halcón intentaron levantar vuelo pero sólo consiguieron revolcarse por el piso.
Unos minutos después, irritadas por la incapacidad, las aves arremetieron a picotazos entre sí hasta lastimarse.

Este es el conjuro: Jamás olviden lo que han visto, son ustedes como un águila y un halcón, si se atan el uno al otro, aunque lo hagan por amor, no sólo vivirán arrastrándose, sino que además, tarde o temprano, empezarán a lastimarse el uno al otro.

Si quieren que el amor entre ustedes perdure "Vuelen juntos...pero jamás atados".

Amar no es mirarse el uno al otro;
es mirar juntos en la misma dirección

Lo que hace importante a tu flor es el tiempo que le has dedicado.
Antoine de Saint Exupéry

6 De-MeNtEs:

Marina Judith Landau dijo...

Maravilloso relato!!! Me lo guardo entre las joyitas de sabiduría...
Yo suelo ser un poco temerosa a que me aten... dificil encontrar el quilibrio, no?? En todo caso, las relaciones siempre se van construyendo, y este texto me parece una maravilla para tener en cuenta desde un principio para no armar una pareja pegada con poxipol...
Ayyy, qué hermoso temaaaaa...Los sonidos del Silenciooo me hacen sentir una pendex al escucharlooo
Besitosssssssssssssssssss

TILDITA dijo...

Que hermoso!
Juntos...pero no revueltos!
Besotes.

ILUMINATI dijo...

Qué bonito!!!
(a veces una buena revuelta no viene nada mal...jajaja)
BSS!

Anónimo dijo...

A la par, juntos, pero no encimados!!!

El relato, una enseñanza de verdad...
Pues el amor no significa estar atados!!!

Abrazos con todo mi candor!!!

El rincòn de mi niñez dijo...

fUERA ATADURAS...se vive mas feliz.
Hermoso leyenda
un beso enorme

ALMA dijo...

Caminar juntos, estar juntos, sin mas...que belleza

Un beso