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martes, 20 de mayo de 2008

Entre Amores de Ayer, Hoy y Siempre..

Maximiliano y Carlota
El Archiduque de Austria, Maximiliano de Habsburgo, y su esposa Carlota Amalia se encontraban en París un buen día de 1863, cuando recibieron un comunicado de Napoleón III que los instaba a aceptar el trono de México. Maximiliano lo rechazó un poco desanimado ya que su hermano, el emperador de Austria-Hungría Francisco José, lo había relevado recientemente de su cargo como Príncipe de Lombardía y Veneto por su actitud “liberal y romántica” en la administración.
Napoleón III quería aprovechar la guerra civil norteamericana para crear una casa imperial afrancesada en el nuevo mundo, que controlara la riqueza del continente. Junto con su misiva envió una encuesta conservadora relizada en la Ciudad de México donde se mostraba claramente que el pueblo clamaba la presencia del Archiduque. Sin embargo, parece que lo que finalmente lo convenció de aceptar fue el razonamiento de Carlota: si no se marchaban a México nunca dejarían de ser aristócratas de segunda, mangoneados por la monarquía.
Los Archiduques renunciaron a todos sus títulos al aceptar el de Emperadores de México y llegaron en 1864 a Veracruz, donde una comitiva teatralizó una fastuosa bienvenida. Más tarde los Emperadores se instalaron en el Castillo de Chapultepec y se enteraron de la delicada situación en la que se encontraban. Pese a heberle ofrecido el puesto de Primer Ministro a Juárez y declararse partidarios de las Leyes de Reforma, la oposición republicana al imperio era férrea.
En vista de su inclinación liberal, poco a poco los conservadores en México le retiraron su apoyo. En Europa, Napoleón III concentró todas sus fuerzas armadas en una guerra contra Rusia. Entonces Maximiliano envió a Carlota a pedir ayuda a otras casas reinantes europeas, pero ni el Papa quiso intervenir en lo que a todas luces era una causa perdida, dada la victoria liberal en la guerra civil norteamericana. Abraham Linclon de inmediato prestó ayuda a Juárez para retomar el poder en México.
Después de una larga lucha Maximiliano fué apresado y fusilado en 1864, en Querétaro. Sus restos fueron enviados a Austria. Carlota, que ya daba clara muestra de inestabilidad emocional, terminó por enloquecer al enterarse de la muerte de su amado esposo. Pasó el resto de su vida recluida en el Castillo de Miramar primero, y en el Castillo de Bouchot en Bélgica hasta su muerte en 1927.

5 De-MeNtEs:

Another Zombie dijo...

emmmmmmm, todos los martes son romanticos?

y los martes ramoneros...

mmmm, perdon, no sabia que decir =(

saludos pebetas!

Abuela Ciber dijo...

Preciosa lectura.
Gracias por compartirla.
Cariños

Anónimo dijo...

Pucha, ¡¡se hubieran quedado en Europa siendo aristócratas de segunda!!, así al menos salvaban sus vidas!!...

Saludos doñas!!!

Ivana Carina dijo...

A ver....
1º: Porqué Carlota tiene un post?? EH!?!?!!!!
2º: Ni la realeza se salva, che!!
3º: Ya sé! Desubicada total! jajajaaa!

Besotes desubicados!!!

ALMA dijo...

UUUUUUUUUUHHHHH ya ni me acordaba de la pobre Carlota....quien no se iba a enloquecer si te pasan por las armas a tu amorcito

Buen post chicas, gracias por recordarme esta historia