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martes, 2 de septiembre de 2008

Entre Amores de Ayer, Hoy y Siempre....

Orfeo y Eurídice
Ella fue mi canción inspiradora,
y la musa raíz de mi canción;
mas la muerte, noctámbulo ladrón,
la arrebató antes de brillar la aurora.
No era mi amor, ni lo es, amor que ignora,

y al Hades descendí. La persuasión
de mi canto logró su redención,
que cede el Hades si mi canto implora.
"Llévatela a la luz, mas sin volverte

a mirarla en las sombras, o la muerte
de su destino habrá de apoderarse".
¡Oh, impaciencia del hombre enamorado!

Volví los ojos, y me fue arrancado
el corazón al verla evaporarse…



Se dijo que....

Al mirar hacia atrás, la sombra pálida de Eurídice regresa a la muerte.

Tras el canto sublime,Proserpina y Plutón, conmovidos ante tan grande amor y tantas peripecias, mandan a llamar a Eurídice para entregarla al poeta.

Llega ella, todavía dolorida y sin aliento. Pero apenas ve a su esposo, sus ojos se llenan de luz y una ancha sonrisa entreabre otra vez sus labios pálidos. Deseosa de entregarse al cantor para siempre, la ninfa extiende sus delgados brazos. Pero los soberanos infernales no le permiten el abrazo. Sólo consienten en que la pareja parta. A último momento, Proserpina advierte al poeta: él deberá marchar siempre adelante. Mientras esté en la región infernal no podrá volverse a contemplar el rostro de su amada. Si lo hiciera, perderá para siempre a Eurídice, que volverá al reino de las sombras. Parten los esposos. Orfeo siempre adelante, canta durante todo el viaje. Sabe que la ninfa es feliz oyéndolo. En la orilla de Estigia, aun sin mirarse el uno al otro, los enamorados encuentran a Caronte. Contento de volver a ver a su amigo vivo, el viejo lo conduce al otro lado del río infernal. después vuelve y hace subir a Eurídice en la barca, para que cumpla el mismo trayecto. Ya casi en la puerta que los separa del mundo de los mortales, lejos del crepúsculo infinito, el poeta no puede contener el deseo de volver a ver el rostro de su amada. El aviso de Proserpina le resuena en los oídos. Eurídice viene detrás, y en el fondo de su alma implora a los dioses que el esposo no ceda a la tentación de mirarla. Falta tan poco para unirse nuevamente... A último momento, olvidando las palabras de la reina infernal, Orfeo cede al imperioso deseo. Vuelve hacia atrás la mirada dolorida y sólo divisa una sombra, traslúcida llorosa, que retorna a la oscuridad. Todo está perdido. El poeta desesperado, desanda el camino y ruega muchas veces a Caronte que traiga a Eurídice nuevamente a la orilla de los vivos. Pero el barquero sujeto únicamente al mandato de Plutón, no escucha su pedido y lleva a la sombra de la joven a su morada definitiva. Todavía el poeta canta versos intensos y apasionados. Pero los Infiernos ya no oyen. Nadie se conmueve.

Al rechazar el amor de las Bacantes, Orfeo trataba de conservarse fiel al doloroso recuerdo de Eurídice.

Solo, desolado, como si dejase en las sombras la mitad de si mismo, Orfeo vuelve a la superficie de la tierra. Ya nada podrá hacerlo sonreír. Su canto se hace triste para siempre, de una tristeza infinita, como si el poeta estuviera sólo esperando el momento de la muerte para volver a ver a su amada. Dicen que mucho después, tras haber errado por toda Tracia para liberarse de su desesperación, y después de haber fundado su religión, Orfeo perdió la vida de manera extraña. Las Bacantes enamoradas del poeta intentaron seducirlo. Y él, negándose a ellas en nombre del recuerdo de Eurídice, trató de escapar por el bosque. Pero las mujeres tracias lo siguieron y consiguieron atraparlo. Furiosas, le despedazaron las ropas y le rasgaron la carne. Su cabeza, sin embargo, erró por las aguas dejando todavía oír su voz, y donde se posó se erigió un santuario. Hecho pedazos el cuerpo del poeta, su alma al fin libre pudo partir a los Infiernos. Y allí unido a Eurídice, deambula por las melancólicas praderas y bosquecillos del reino de Plutón, cantando al amor, más y más grande que la muerte.

LEYENDA
Orfeo recibe el don del canto
Los hombres reciben de los dioses el don de la melodía, pero no saben usarlo. La flauta que Atenea (Minerva) inventara sirve sólo para alegrar las interminables fiestas de los Sátiros y de los Faunos. La lira ingeniosamente creada por Hermes (Mercurio), es privilegio de Apolo y de las musas, sus compañeras. Las manos humanas se muestran incapaces de pulsar los instrumentos para extraer de ellos armonía alguna. Y en las rudas gargantas, las voces callan. El tiempo corre sobre el lomo del mundo como un escalofrío. Y un día, feliz, ve nacer a Orfeo. Ahora la satisfacción de los dioses es completa. Porque finalmente ha aparecido sobre la tierra un mortal capaz de desarrollar el arte de la música. Ya en la infancia el poeta revela poseer el talento de la armonía (que significa juntura ensambladura, ajuste, proporción y también equilibrio dinámico de contrarios) con su suave canto, acompañado de armoniosos acordes de lira, apacigua los ruidos de la selva y el furioso bramido del mar. Heredero de los dioses, jura cantar hasta el fin de sus días. Cantar para hacer que viva lo que parecía muerto. Para aliviar las miserias humanas y vencer la indiferencia de las cosas. Para canalizar el impulso de las fieras y arrullar la esperanza de la libertad. Una sonrisa constante anima la boca del poeta. En sus manos, la lira pacifica la Tierra. Lejos están los caminos del sufrimiento.
Su cabeza, sin embargo, erró por las aguas....

5 De-MeNtEs:

Anónimo dijo...

La mitología es apasionante, y todo lo que en ella ocurre es grandilocuente, además de intentar dejar una enseñanza...

Además, los amores, ya sea en la mitología como en siglos pasados, parece... ¡¡era más apasionado que ahora!!!...

¡¡Quiero un túnel del tiempo ya!!!jajajaaaa

A los desobedientes, habría que decirles..."Orfeo"...

Besotes candorosos para ambas dos!!

Ivana Carina dijo...

[Ante, o mejor dicho, precedida por ese comentario "brishante" y candoroso, lo que diga, pasará a ser... una ivanada! jajajjaaa!]

Soy descendiente de Orfeo sho! jajajajaa! Por el don del canto...
Espero que no me quede sin cabeza....

Eso sí...jodidas Las Bacantes [dejaron un lugar sin ocupar, arriba de los hombros de Orfeo, ah no eso es VACANTE.... aaajajjaja!]

Chau, me voy antes que llegue anónimo y me saque le cuero... [Ah no sabían? Es para un post! jajajaaa! Esperen y veran....]

Besotes mitológicos piscuisas.....

Me encananta la música....

Mar dijo...

Como me gusta pasar por acá chicas!

Es lindo volver a la red con lugares asi...

Me encanta la mitología.
Y opino igual que la Sra. Candorosa


Besotes!

Carlota dijo...

Me encantan las historias mitológicas... y me encantó lo de cantar para hacer que viva lo que parecía muerto, ese es el milagro de la música... ainss qué bonita la música que habeís puesto, chicas!!! Os beso a las dos.

TILDITA dijo...

que linda la historia antigua y la mitologia!!!Aunque siempre me confundo la romana, la griega, etc.Bella Historia!!